Amparado por la larga distancia que hay entre su estado y el centro del país, y protegido en los medios informativos del DF por el operador de comunicación social del más influyente senador de la república, el gobernador de Chihuahua César Duarte no tiene límites en sus comentarios y aspiraciones políticas.
Acusado de crear cínica e impunemente una gran fortuna a través del usar su cargo de gobernador (es dueño junto con su esposa del Banco Unión Progreso por dónde canaliza las multimillonarias partidas que le envía la Federación a Chihuahua); de corrupción y nepotismo (tiene a todos sus hermanos en puestos gubernamentales y cobrando “moches” millonarios); y de frivolidad sin límites (acostumbra convocar a Juan Gabriel y otros renombrados artistas para que amenicen sus fiestas particulares) Duarte Jáquez sorprendió el jueves pasado a propios y extraños al aprovechar la fiesta del Día de las Madres a la que acudieron unas 4 mil empleadas de su gobierno, para ahí autodestaparse como el sucesor del presidente Enrique Peña Nieto.
Ahí dijo que ya era hora de que un gobernador chihuahuense fuese Presidente de la República.
El autodestape se dio al comentar públicamente la sorpresiva iniciativa presentada el martes por la diputada perredista Hortensia Aragón y suscrita por 15 de los 17 diputados del PRI así como por los legisladores de los partidos políticos pequeños, que propone acortar a dos años la gubernatura siguiente a fin de empatar la elección posterior a Gobernador, con la elección Presidencial de 2018.
De los 12 estados que tendrán elecciones a gobernador en 2016, los congresos de Puebla y Veracruz ya han aprobado acortar las siguientes gubernaturas a 2 años con el mismo objetivo. Así es que si ahora se aprueba en Chihuahua, este sería el tercer estado en establecer lo que ya se ha comenzado a llamar como la “minigubernatura”
Sólo que en el caso de Chihuahua las cosas cobraron un giro inesperado cuando César Duarte agregó a su argumentación de apoyo a tal iniciativa, el siguiente razonamiento:
“… un nuevo cambio a la legislación electoral para reducir el próximo periodo gubernamental bien podría apuntalar a un chihuahuense por ese cargo –la Presidencia– como ha ocurrido en ciclos pasados con exgobernadores de otros estados”, comentó.
Y por si no les hubiera quedado claro a sus oyentes, subrayó:
“Pero sobre todo, debe darle a Chihuahua posibilidades de que también, ¿por qué no?, en 6, 12 o 18 años, un gobernador de Chihuahua pueda ser presidente de la República, desde la plataforma de haber hecho un buen Gobierno”.
Y subrayó que ha sido precisamente el desfase de las contiendas por la gubernatura de Chihuahua con la de la Presidencia de la República lo que ha impedido que un Gobernador chihuahuense haya tenido esa oportunidad.
PEÑA, “SU INCONDICIONAL”
De todos en Chihuahua es conocido que Duarte Jáquez se ufana de tener una gran influencia sobre el presidente Peña Nieto. Frecuentemente desliza comentarios respecto de que tal o cual programa, decisión o reforma impulsadas por el mandatario federal son en realidad de su autoría.
Muchos recuerdan que el gobernador se atribuyó en su momento la decisión de la detención de Elba Esther Gordillo. Según su versión, él fue consultado por Peña para llevar a La Maestra a la cárcel.
De ahí que sea común leer en columnas y entrevistas, conferencias o trascendidos de medios locales, cosas como la siguiente.
“Con Felipe Calderón me metí hasta la cocina de Los Pinos… con Enrique Peña Nietoyo soy el dueño de la cocina”.
Sin nadie que al parecer lo convoque a la cordura y la prudencia –vaya, ni siquiera Emilio Gamboa de quién Duarte Jáquez dice es su padrino desde su influyente posición en el Senado-, el gobernador priista de Chihuahua induce cosas como la de la reducción de la gubernatura siguiente.
Sólo que los mal pensados, que ya sabe Usted lo ha en todos lados, dicen que Duarte –quizá asesorado por su padrino-senador–, lo que intenta en realidad con esta reforma electoral local es:
- Alargar su mandato en dos años más, al dejar a un incondicional en el cargo para que le cuide la hacienda (es decir los dineros) y lo proteja de cualquier acción judicial penal en su contra (tiene abiertos varios expedientes judiciales y penales por corrupción y otros delitos).
- Desmotivar y desarticular a sus opositores –tanto dentro del PRI como de otros partidos, especialmente del PAN- quienes se harán a un lado porque todos ellos aspiran a ser gobernadores de 6 años y no sólo de 2 años.
- Buscar luego integrarse al equipo de Enrique Peña Nieto y desde ahí, entre 2016 y 2018 construir una rápida candidatura hacia la Presidencia de la República… o al Senado, para lograr tres objetivos obvios: adquirir fuero, continuar en el primer plano de la política y no salirse del presupuesto. Y como quienes ingresen al Senado en 2018 podrán en 2024 ser reelectos hasta 2030, pues quedarse ahí hasta esa fecha para salir de la Cámara Alta a los 67 años de edad.
OPOSITORES INFARTADOS
Tomados por sorpresa, los opositores internos y externos a César Duarte se quedaron fríos ante la jugada de instaurar la desde ya conocida como “minigubernatura” de 2 años.
En esa situación está el exalcalde juarense Héctor “El Teto” Murguía Lardizábal, quien fue rebasado por Duarte hace 4 años y quien aspiraba a sucederlo en la elección de 2016.
Otro más que está en la misma circunstancia es el alcalde de la ciudad capital de Chihuahua, el priísta Marco Adán Quezada, a quien l clase política local ubica como miembro y alfil del poderoso Grupo Industrial Delicias.
Entre los suyos quienes resultaron chamaqueados con la iniciativa de la “minigubernatura” son Enrique Serrano y Marcelo González Tachiquín, Presidente Municipal de Ciudad Juárez y Secretario estatal de Educación, Cultura y Deporte respectivamente.
Los dos pensaban que alguno de ellos podría ser lanzado por el propio Duarte como su propuesta de sucesión.
En la lista de sorprendidos están las senadoras priistas Graciela Ortiz y Lilia Merodio, quienes desde esa posición construían su posible candidatura a la gubernatura de Chihuahua.
Entre los aspirantes de Acción Nacional se cuenta a Mario Mata y Juan Blanco así como al senador Javier Corral y al presidente del PAN Gustavo Madero.
Hoy, a decir de quienes conocen el escenario estatal, de aprobarse la “minigubernatura” de 2 años, podrían quedar o Serrano o González Tachiquín por el PRI, o Mata o Blanco por el PAN.
Pero no hay duda de que el indudable ganador en cualquiera de estos escenarios sería Duarte Jáquez.