Durante el taller de Enfoque de Género, en el marco de la Semana Nacional de Seguridad Social 2015, diputados federales e investigadores señalaron que el sistema de pensiones no responde a la realidad de México ni beneficia a las mujeres, pues sólo el 18.5 por ciento de las mayores de 60 años goza de este privilegio.
El presidente de la Comisión de Seguridad Social, Edgar Emilio Pereyra Ramírez (PRD), advirtió que dicho sistema “no aguanta más”, tiene serios problemas financieros de viabilidad y no responderá a las necesidades de la población que en 20 años se jubilará bajo el régimen actual.
“Las futuras generaciones tendrán pensiones de hambre, debido a que sólo retornará a los trabajadores entre 30 y 40 por ciento de sus aportaciones, si es que alcanzan las mil 250 semanas -25 años- que se requieren para acceder a este derecho”, agregó.
Subrayó que la situación se agrava cuando se trata de las mujeres, ya que en México “son explotadas al doble o al triple”, porque aparte de tener un empleo mal pagado, en una sociedad conyugal, realizan un trabajo doméstico que no es remunerado y no genera ningún beneficio, por lo que se tiene que abordar la perspectiva de género para atacar este complejo problema.
Pereyra Ramírez explicó que el sistema de pensiones nacional, implementado en 1997, fue tomado del modelo chileno de mediados de los 80, cuando la nación andina atravesaba la dictadura de Pinochet y no se consultó a ningún sector social para diseñarlo.
Además, precisó, Chile es un país de 17 millones de habitantes y México, en el 97, tenía 98 millones, por lo que el sistema nacional “no atiende a la realidad”.
En este punto, Ascensión Morales Ramírez, investigadora de la Facultad de Derecho de la UNAM, explicó que las reglas de las pensiones adolecieron desigualdad desde su origen, ya que fueron pensadas para los varones como proveedores de recursos, y consideraron a la mujer sólo como una trabajadora del hogar.
“Es en la vejez cuando la mujer enfrentará toda la desigualdad que ha sufrido en su vida. Si es que logra una pensión, será paupérrima. Entre los factores que alimentan esta situación se encuentra la diferencia en la inserción laboral, al tener baja participación en ello y niveles de ingreso menores a los del hombre”, añadió.
La investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Isalia Nava Bolaños, precisó que el 47 por ciento de las mujeres pensionadas reciben su prestación de manera indirecta, es decir, por viudez, orfandad o ascendencia, mientras que prácticamente el total de la población masculina pensionada recibe este derecho por retiro, vejez, o cesantía, dejando en evidencia la desigualdad de género en la materia.
Por otra parte, aseguró que las nuevas formas de contratación producto de la reciente Reforma Laboral, si bien ampliarán en algunos casos las oportunidades de empleo para las mujeres, también han vuelto más precarias sus condiciones laborales y, en consecuencia, repercute en su posición dentro del sistema de previsión social.
Al tomar la palabra, el presidente de la Academia Mexicana de Derecho de la Seguridad Social, Alberto Briceño Ruiz, consideró que no es necesario que la mujer tenga trato preferencial en cuanto a oportunidades laborales, ya que ha demostrado amplia capacidad para asumir sus cargos; empero, “lo que nos interesa es que tengan trabajos bien remunerados”, para vivir decorosamente y acceder a prestaciones sociales.
Manifestó su rechazo al caso de Ana Laura, joven que durante dos años fue esclavizada y torturada en una lavandería en Tlalpan. “Nos debería dar vergüenza que en pleno siglo XXI, se den en México estos casos. Debemos protestar y solicitar castigos severos para que no se vuelvan a dar”, enfatizó.