Califica legislativo de histórico trabajo de 62 diputación por cantidad y profundidad de reformas

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“Se trata de reformas que habían sido postergadas por muchos años y que ahora se encuentran vigentes, sin embargo, no todas conllevan un avance en las instituciones democráticas, algunas representan francos retrocesos a la soberanía popular o frustraron cambios que habían generado una gran expectativa”, afirmó.

Tras escuchar reconocimientos de José Luis Camacho Vargas y Saúl Ramírez de Arellano, respectivamente Director General y Director de Relaciones Institucionales del Instituto Mexicano de Estudios Sobre el Poder Legislativo (IMEPOL), el líder parlamentario alertó sobre el riesgo de más agravios a la sociedad mexicana, ahora a través del recorte al gasto en programas sociales y el gasto de inversión.

Advirtió que el GPPRD no coincidirá ni consentirá con esta pretensión del gobierno federal al amparo de pretextos como el llamado “presupuesto base cero” para 2016, pues la reducción del gasto tiene efectos recesivos sobre la economía, ya de por sí contraída e incapaz de generar empleos permanentes y bien remunerados debido a la política económica aplicada por el gobierno federal.

Además de oponerse a esta pretensión de recorte en el gasto, refrendó el compromiso de su grupo de ser propositivo y realizar un mayor esfuerzo en lo que resta de la actual Legislatura para reorientar la economía nacional y lograr avances reales en materia de justicia social, en particular para adolescentes y mujeres.

Hasta ahora –dijo- no todos los cambios legislativos han sido positivos para la mayoría de la población y, por el contrario, han causado en ella gran frustración por el incumplimiento de expectativas generadas al inicio de este gobierno.

“Al término de esta LXII Legislatura –dijo- el país enfrenta una situación compleja y difícil. La economía sigue sin crecer y se recorta irresponsablemente el gasto público para este año y el venidero con la falacia de un presupuesto base cero”.

Cuestionó el desinterés de otros grupos parlamentarios por desindexar el salario mínimo -a modo de que la argucia de ser referente para otros indicadores, como las sanciones, ya no sea pretexto para impedir su incremento real- y su interés, manifiesto o no, por permitir la continua caída de su real poder adquisitivo.

Puntualizó que en lo que resta de esta Legislatura se pueden crear condiciones para su recuperación, pero se insiste en retrasar la reforma constitucional para ello, así como las reformas tendientes a propiciar la recuperación del empleo y la capacidad de compra de otros salarios, incluso en la gran industria, como la automotriz.

Así, transnacionales como Mazda, Honda, Ford y Toyota, entre otras, pagan a sus trabajadores, como en Guanajuato, salarios tan bajos como los que ganan los jornaleros en el Valle de San Quintín, Baja California, quienes, para protestar contra ello, se han movilizado recientemente.

También adjudicó la insuficiencia y hasta retroceso de algunas reformas a la falta de acompañamiento de políticas públicas consensuadas con todos los actores sociales, omisión ésta del gobierno que, en materia de seguridad, se refleja en  constantes violaciones a Derechos Humanos y en el clima de inseguridad e intranquilidad prevaleciente en el país.

“Los Derechos Humanos no se respetan en todas partes y se reproducen episodios como los de Tlatlaya, Iguala, Apatzingán; tenemos además 23 mil personas desaparecidas; la corrupción y la impunidad siguen sumiendo en el descrédito a las instituciones y al gobierno; tienen un altísimo costo y mantienen capturados al gobierno e incluso a órganos regulatorios; se mantienen cotos de poder que impiden consolidar al Estado de Derecho”, diagnosticó el congresista.

Durante la entrega de la Medalla al Espíritu Legislativo “José María Morelos y Pavón”, José Luis Camacho Vargas, definió a Miguel Alonso Raya como “un aguerrido legislador” y “un dirigente magisterial que siempre ha estado preocupado no sólo por su estado, Guanajuato, sino por la sociedad en general”.

Saúl Ramírez de Arellano, por su parte, lo definió como un dirigente sensible, congruente y forjado en la cultura del esfuerzo y trabajo constante. “Oriundo de una tierra conservadora, su ingreso en la vida política no fue sencilla, ya que teniendo una visión de justicia social y de avanzada, esto le exigió mayor trabajo para poderse insertar en la vida política del país”.

Hoy –agregó- es uno de los líderes emblemáticos de la izquierda mexicana y es poseedor de una gran legitimidad moral que, acompañada de habilidad política y disposición al consenso, lo hacen ser reconocido y respetado por propios y extraños.