A través de un punto de acuerdo puesto a consideración del Pleno de Diputados, el legislador federal perredista consideró inaceptable que los gobernantes, que como tales están obligados a respetar y hacer valer los derechos de la ciudadanía, sean las primeros que, desde sus funciones, reproduzcan las distintas formas de discriminación contra la mujer, como lo hizo el mandatario bajacaliforniano.
Correa Acevedo recordó que el pasado 9 de marzo Vega de la Madrid dijo de las mujeres que “están buenas todas… para cuidar niños, para atender la casa, para cuando llega uno y `a ver, m´ hijito, póngase las pantuflas´”, expresión que representa el reflejo de una cultura machista y conservadora.
Dicha cultura supone a las mujeres propiedad de los hombres, las hace víctimas de violencia y asesinatos, y las relega como algo natural a las tareas del hogar y a las destinadas al bienestar de los hombres.
El parlamentario ilustró la situación particularmente grave de las mujeres mexicanas por causa de esa cultura al señalar que la tasa de feminicidios en nuestro país se disparó de 1.9 a 4.4 casos por cada 100 mil mujeres entre 2007 y 2013, lo que significa un promedio de seis víctimas al día, según el Estudio Mundial Sobre el Homicidio 2013 de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito.
El mismo estudio señala que la tasa de feminicidios en el mundo es de 2.7 por cada 100 mil mujeres, es decir, la cifra de México se acerca al doble del registrado en promedio en el mundo.
Sin embargo, los casos en nuestro país podrían incluso ser más, pues de acuerdo con el Observatorio Nacional Contra el Feminicidio, entre 2012 y 2013 se registraron en México tres mil 892 asesinatos contra mujeres, de los cuales sólo 613 fueron considerados feminicidios, es decir, el 15.7 por ciento de casos.
Cualquiera sea la cantidad, la causa de estos feminicidios se encuentra en el ambiente generalizado de violencia que se vive en el país y en la cultura machista y discriminatoria imperante contra las féminas, incluso en los niveles de educación superior.
Correa Acevedo señaló, al respecto, que se continúa excluyendo a las mujeres de las profesiones que culturalmente son consideradas para los hombres, como las ingenierías, mientras se les impulsa a asumir profesiones consideradas para ellas, como administración, secretarías y enfermería.
Lo más grave es cuando, en el seno familiar o cercano a las mujeres, se considera a éstas propiedad de los hombres, por lo que sólo están para servir a las necesidades del sexo masculino y, por tanto, cuando ocurre algún tipo de separación, el hombre puede recurrir a la violencia para “reclamar su propiedad”.
Así lo muestran diversos estudios en los cuales se concluye que la mayoría de feminicidios son cometidos por parejas sentimentales, ex esposos, hermanos, vecinos o gente con alguna relación con la víctima.
El diputado perredista reconoció ciertos esfuerzos de la Cámara de Diputados para prevenir la discriminación en general y contra la mujer en particular, pero aclaró que todavía falta mucho por avanzar.
En este contexto, expresiones como las del mencionado gobernador retrasan este avance y, peor aún, agravan la situación de las mujeres.