Refirió que la mutilación genital femenina se practica en la mayoría de los casos durante la infancia, y comprende en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos, causando la pérdida casi total de sensibilidad genital.
Dolor intenso, hemorragias, retención de orina, llagas abiertas en la región genital y lesiones de los tejidos genitales vecinos y, en el peor de los casos, la muerte, son algunas de las consecuencias a las que millones de niñas y mujeres se enfrentan cuando son sometidas a la ablación femenina.
Lejana a motivos médicos, la mutilación genital obedece a costumbres o consideraciones religiosas inadmisibles, en las que se busca privar a las niñas y mujeres de sentir placer sexual y “fomentar la castidad”.
La mutilación genital femenina es una clara violación a los derechos humanos de las niñas y mujeres, violenta su derecho a la salud, a la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte, señaló la diputada federal.
Aun cuando se reconoce el avance internacional en materia de derechos humanos, siguen existiendo resistencias que evitan que las mujeres y niñas vivan en condiciones de igualdad y sobre todo, libres de discriminación y de violencia. Por ello es urgente que prácticas como la mutilación genital femenina sean erradicadas definitivamente, finalizó la diputada perredista.