Graco Ramírez, gobernador de Morelos, es el único dentro del exclusivo grupo de los 32 mandatarios estatales en el país que tiene raíces en la izquierda real, la militante, la que surgió de las derivaciones del Partido Comunista.
Desde esa acera, en una sorprendente entrevista con el reportero David Aponte y publicada el domingo anterior en El Universal, Graco advierte que en el país está en marcha una estrategia de insurrección hasta ahora sin balazos, en la que están involucrados el narco, la guerrilla y un entramado de políticos infiltrados y bajo la influencia y control del crimen organizado.
En el texto sin desperdicio de esta entrevista, el gobernador del PRD reparte parejo y firma que no sólo hay policías en todos los niveles, comandantes, diputados, alcaldes y jueces metidos en el crimen organizado y el narco, sino gobernadores.
Y estos son de todos los partidos.
Del narcoestado Graco pasa al tema de la narcopolítica y de esta a la narcoguerrilla.
Dice que de entrada él a su llegada al Gobierno tuvo que enfrentar el embate de quienes lo quisieron llevar a una negociación. Pedían dejar trabajar y ellos prometían respetar a los ciudadanos. No extremar los ilícitos.
En esto intentos le enviaron a varios emisarios, negociadores, conocidos de él, hasta llegar a un político reconocido, figura importante a nivel nacional. De todo ello, dice, informó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
El gobernador no da ninguna tregua a sus antecesores en Morelos y afirma que desde el priísta Jorge Carrillo Olea hata los panistas Sergio Estrada y Marco Adame estuvieron involucrados o sus equipos penetrados por el narcotráfico y la delincuencia.
En el estado vivieron los principales capos del narco: desde Amado Carrillo, Joaquín “El Chapo” Guzman, Juan José Esparragoza (conocido como El Azul), y los hermanos Beltrán Leyva.
La penetración fue tan grave que el 90 por ciento de los mandos policiacos en Morelos no lograron pasar el examen de confianza.
Graco considera simple y llanamente que él recibió a un “narcoestado”.
Como no negoció, entonces le organizaron marchas y movimientos populares de presión, incluso un asalto en un restaurante donde comía.
La idea fue exhibirlo como un gobernador incapaz, “crearnos una crisis para demostrar que no podíamos y obligarnos a la negociación”, indicó.
El caso de los 43 normalistas desaparecidos, asesinados e incinerados dice, no fue ni casual ni una improvisación.
NARCOS Y GUERRILLEROS
BUSCAN UNIRSE
“… no son improvisados, saben lo que están haciendo, ya tienen mucho tiempo en esto, ya han adquirido una experiencia pues manejan mucho dinero, se han ido sofisticando.
“El haber hecho esta acción contra los muchachos de Ayotzinapa, no tengo claro cuál es el destino… lo que sí observo es que hay un acto criminal de por medio, es tocar una tecla de una franja tratándose Ayotzinapa que tiene que ver con los grupos guerrilleros que estaban adormecidos.
“Esto es lo que estoy observando, y he ido comprobando…
“Estos colocaron al gobierno contra la pared en lugar de que el gobierno pudiera colocar a los delincuentes contra la pared. Ahora los perseguidos son el Estado en su conjunto, claro, la crisis te pone al desnudo la profundidad de la descomposición de la policía y autoridades.
HAY UNA ESTRATEGIA,
VA A HABER TIROS
“Pero la otra parte es que estamos viendo ahora toda una estrategia insurreccional, donde el tema es la salida de (Enrique) Peña Nieto como solución política. Las tomas de carreteras, las tomas de radiodifusoras y ahora clarísimamente la estrategia de que no haya elecciones en Guerrero, más claro no puede estar, va en ascenso la estrategia y estas son las acciones que ya el narcotráfico metió al escenario…”.
– ¿Es lo que se llama la revolución blanda?, pregunta, induce Aponte.
“No hay tiros… pero va a haber tiros. Sí va a haber tiros porque esos tienen armas. Los narcos van a empezar a generar —y es un fenómeno que estudié, siempre he estado muy atento a esto por la realidad que vivíamos aquí en Morelos y por las luchas que encabezaba—, y debo decirte que ese fenómeno es el que vive la guerrilla en Colombia, hay un sector de la guerrilla que ya se confunde con el narco para sobrevivir.
“Aquí se está generando este vínculo, evidentemente, o es por la acción de los policías delincuentes y de los delincuentes incorporando este elemento Ayotzinapa al escenario, o por deliberada decisión o por casualidad…
“No creo en las casualidades, pongamos en las dos, el resultado es el mismo: metes a un sector y a una franja que tiene otra visión de la lucha política y que se siente agraviado, que se siente golpeado con toda razón, pero empieza en un país donde hemos caminado en la lucha por la democracia y el voto, se empieza a generar una especie de visión insurreccional y las redes han sido muy importantes en este sentido, no acuso a las redes, pero en ellas se observa perfectamente que hay una narrativa y todo un discurso de la insurrección política, la revolución blanda.
“Te aseguro que si no cambiamos la estrategia en un año vamos a enfrentar guerrilla urbana en muchas partes del país”, le adelanta a Aponte.
– ¿Cuál sería la estrategia?, interroga el reportero.
“La estrategia es muy clara, esclarecer los vínculos de políticos -no importa el partido que sea- para que se acaben esos vínculos; y segundo, generar un debate serio y muy responsable, estamos apenas a tiempo para cambiar el paradigma del narcotráfico planteando la legalización de la mariguana, y ahí aíslas a un sector muy importante, generas una economía formal que existe informalmente”.
El gobernador enumera y sentencia:
“100 mil muertos, esa cifra en 10 años significa un país en estado de guerra, un país en crisis, y eso es muy grave, 30 mil, 40 mil desaparecidos, cómo paramos esto; con los mismos paradigmas vamos a afrontar el tema, policía en 32 estados, se acaban las policías municipales, que los gobernadores demos la cara, gobernador que se vea que no asuma su responsabilidad, ese está metido, o no realiza su tarea”.
Considera que la penetración del crimen es transversal, se asocia a corrupción y actos delictivos. Vamos actuar, en primer lugar, a salvar el proceso legal y constitucional de las elecciones en 2015, ya se empezó a observar que los ciudadanos castigan y premian, ya se empieza a señalar que ya hay una recomposición del electorado, de la voluntad de voto, hay quienes ganaron, quienes han perdido preferencias”, afirma.
La conclusión es simple: si los políticos no se unen y le entran al tema de la recomposición del sistema, si no e limpia el Estado y el Sistema, entonces México no tendrá alternativas.
“Tenemos que entrar con una voluntad política clara de que hay que limpiar…”