A fines de 2012, en la interna del PRI por la Presidencia de la República los dos personajes más importantes y con mayor proyección hacia el futuro dentro y fuera del tricolor y del sistema político mexicano eran sin duda Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones.
En las otras dos agrupaciones políticas nacionales, PAN y PRD, prevalecía el encono y la confrontación. Los blanquiazules terminaron eligiendo a una candidata si perspectiva ni apoyo y los de la llamada izquierda simularon una encuesta para que saliera medio legitimar el lanzamiento por segunda ocasión de Andrés Manuel López Obrador.
En el PRI Enrique Peña Nieto ganó la nominación y Beltrones aceptó la derrota, y entró en las listas para ir a una diputación federal.
Al final de los dos primeros años del sexenio del regreso del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto se estrena como autor de artículos periodísticos en los medios internacionales más importantes en el mundo para explicar sus logros y objetivos…
Y Beltrones no sólo estrena nueva imagen –se quitó el bigote que portó durante los 25 años anteriores; se muestra delgado gracias a un ejercicio de 40 minutos diarios y una moda en el vestir que ya comienzan a seguir otros dentro de San Lázaro, lo que lo muestra más joven-, sino de lenguaje.
Tradicionalmente cauto, cerrado a expresar públicamente sus deseos e intenciones personales, el sonorense dio un giro y a fines de la semana pasada, ante la conductora de Televisa, Adela Micha, el coordinador de los diputados del PRI aceptó que quiere ser o Presidente del CEN del PRI o miembro del gabinete del presidente Peña Nieto.
¡ME ENCANTARÍA!
Con un tono fresco, amable, coloquial, ante la pregunta de si va o no cómo líder nacional del tricolor, el sonorense dijo:
“Todavía no hay una convocatoria… (pero se habla mucho de eso, insistió la conductora)… mira, para qué ando con hipocresías… sí me gustaría ser presidente de mi partido… ¿qué militante de un partido político no le gustaría presidir su partido?…me encantaría ahora, mañana o siempre, pero no es una obsesión”, aclaró.
Metido en las posibilidades de su futuro inmediato que se derivan de que prácticamente ha cumplido su ciclo en esta legislatura, y ante la interrogante de si aceptaría una embajada, el sonorense fue contundente:
“¡NO!… no, mi idea está en México, no fuera… no podría llevarme a toda mi familia… mis nietas están chiquitas”, matizó.
¿Entonces a dirigir el partido?, insistió la conductora…
“O a mi casa…” respondió él.
¿Se iría a su casa antes que a una embajada?, dijo Adela sorprendida…
Indicó que de ser llamado al Gabinete por el presidente Peña, no influirían en nada los 14 años de diferencia que tiene Beltrones respecto del mandatario.
Y es que Peña cuenta con 48 años mientras que Beltrones suma ya 62.
Indicó que en todo caso en el equipo presidencial hay otros que son mayores en edad que Peña y nombró a Pedro Joaquín Coldwell, a Luis Videgaray y a Miguel Ángel Osorio Chong.
Lo que importa es el buen trato, el respeto y el aprecio “y yo al presidente Peña Nieto lo respeto y lo aprecio…”, indicó Beltrones.
REFORMAS EN ACCIÓN
En un artículo publicado en la sección de Tribuna de la edición dominical de El País, el presidente Enrique Peña Nieto estrena una nueva fase del ejercicio del poder: el de participar en los medios sin interlocutores.
En días anteriores dio una entrevista a 6 comunicadores, y luego aprovechó una invitación que le hizo The Financial Times, para entrar en este nuevo espacio de comunicación.
Ayer en El País Peña Nieto comparó al Pacto por México con el Pacto de la Moncloa que permitieron la transformación de España.
“El pasado 11 de agosto México concluyó la fase legislativa de un importante ciclo reformador… los Pactos de la Moncloa fueron un referente histórico para llevar a cabo este proyecto de transformación… (así) el Pacto por México, un gran acuerdo nacional suscrito por el Gobierno de la República y los tres partidos políticos más importantes, fue la plataforma sobre la cual se generó una agenda de cambios profundos que han sentado las bases jurídicas e institucionales para la construcción de un nuevo México.
“El Pacto por México permitió que las principales fuerzas políticas definieran una serie de propuestas concretas para dar solución a los grandes problemas nacionales, superando así una época marcada por la polarización política y la parálisis legislativa. El diagnóstico era claro: si bien a lo largo de las últimas tres décadas transitamos con éxito hacia una democracia y una economía abierta al mundo, la realidad mexicana seguía marcada por un crecimiento insuficiente, baja productividad y altos niveles de pobreza y desigualdad”, precisa en los primeros párrafos de su artículo.
En ellos establece que, quienes ahora combaten algunas de las reformas (el PRD la energética y el PAN otras), fueron a querer o no parte de este cambio.
Así, explicó, “en un periodo de tan sólo veinte meses, México ha concretado 11 reformas que representan un logro histórico. Su aprobación implicó un profundo esfuerzo para realizar 58 modificaciones a la Constitución, 81 cambios a diversas leyes secundarias, la creación de 21 ordenamientos jurídicos y la abrogación de 15. De igual manera, se constituyeron 3 nuevas instituciones y se fortalecieron 13 ya existentes”.
En este contexto el Pacto por México permitió definir propuestas para dar solución a los grandes problemas nacionales, precisó.
“Estas reformas tienen tres grandes objetivos: elevar la productividad de México para impulsar el crecimiento y el desarrollo económico; fortalecer y ampliar los derechos de los mexicanos; y afianzar nuestro régimen democrático y de libertades”, indicó.
Es así que, “concluido este importante proceso legislativo, hoy pasamos de las reformas en la ley a las reformas en acción. En esta nueva etapa, el Gobierno de la República continuará trabajando para que estas modificaciones legislativas se conviertan en beneficios concretos. El camino no será fácil, ni los resultados llegarán de inmediato. Sin embargo, hoy ya contamos con las bases para transformarnos en un país donde se garantice el ejercicio efectivo de todos los derechos y se asegure que la democracia brinde resultados; una nación fuerte con una economía abierta, finanzas públicas sanas, reglas de competencia claras y capital humano de vanguardia. Un nuevo México más productivo, competitivo y próspero”, subrayó.
En fin, dos políticos en busca de una nueva imagen, de un nuevo lenguaje corporal y de expresión ante una ciudadanía cada vez más joven y demandante, menos conformista y más enterada.
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