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Que a imagen y semejanza de la legendaria transacción en 1982, entre el gris Miguel de la Madrid Hurtado y el frívolo José López Portillo (temeroso ante la imputación de Heberto Castillo por peculado y traición a la Patria, según trascendido a este columnista de su amigo y jefe José Francisco “Pepe” Ruiz Massieu), hoy, cual gata parda de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (con premeditación, alevosía y ventaja: cambiar para que todo quede igual de corrupto), Enrique Peña Nieto también trata de tomar la temperatura a la Nación Mexicana, al intentar crear la Fiscalía Anticorrupción.
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Que crear esa Fiscalía Constitucional implica derogar el Título IV de la Carta Magna Mexicana, que conlleva aborgar las 2 Leyes de Responsabilidades de los Servidores Públicos y los 24 tipos penales sobre servidores públicos, previstos en el Código Penal Federal en la Materia, para que ante la nada jurídica, nadie sea perseguido por docenas de miles de homicidios durante la guerra comandada por la Presidencia Calderónica, entre otros, Felipe de Jesús, Guillermo Galván, Francisco Saynez, Maricela Morales, Eduardo Medina Mora, Genaro García Luna, Alejandro Poire y Guilermo Valdez ¿ves?
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Que una tarde de diciembre de 1982 en la fría Oficialía Mayor de la SSA, en la callejuela Lieja cerca de Los Pinos, Pepe, culto y déspota hombre bajito, de lentes verdes como fondo de bottella, de ralo bigotito tipo su austero tocayo José Vasconcelos, pero Ruiz Massieu con elegante chaleco a rombos de cashmir, por el clima acondicionado a 13° centígrados, como el de Exxes in England, you know?, el funcionario reveló a su paisano hoy columnista de este Lavadero:
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Que el entonces presidente López, el 1° de septiembre estaba arrepentido de su dedazo a Miguel, desconfiaba de él y pensaba relevarlo de la presidencia electa, pues, éste no lo apoyaba en la expropiación bancaria, que acababa de decretarla en el Congreso de la Unión, entonces y en síntesis, los chicos del Institutito de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Jorge Carpizo, Diego Valadés, Pepe Ruiz Massieu, Mario Carlo Rodríguez Ulloa, Urbano Farías, Rene González de la Vega y José Soberanes Fernández, propusieron al aterrorizado De la Madrid el Título Cuarto de la Constitución, so pretexto de la renovación moral de la sociedad, se crearían nuevos tipos penales, se derogarían los delitos cometido por el alto funcionario público, se expedirían nuevas leyes y en una especie de amnistía se abrogarían los riesgos de cárcel para el presidente Jolopo, como ahora es la real y verdadera intención de la fiscalía anticorrupción. Uff
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